viernes, 30 de enero de 2015

ten presente .........


ten presente …

Haga todo lo posible realizarse como persona y por ayudar a los demás para que sean y se sientan felices … Y usted será feliz.
Identifique muy bien cuales son esos dones que Dios le dio, aquello que lo hace único y que lo distingue de los demás y explótelos al máximo.
Defina que es lo que mas le gusta hacer en la vida y vívalo intensamente.
Ahora sabiendo muy bien cuales son sus dones y cuales son sus gustos reflexione sobre cual podría ser su mejor camino en la vida, a fin de que encuentre aquellas cosas que le gusta mas hacer y para las que tiene la mejor aptitud y a esas cosas póngales toda su pasión. Ese es su camino y seguramente ahí será exitoso.
Cultive a diario su cuerpo (templo de Dios) haciendo ejercicio y alimentándose bien.
Cultive a diario su mente: Aprendiendo cosas nuevas, leyendo, escribiendo, haciendo ejercicios de meditación que le permitan mantener su mente activa. Aprenda a controlar sus pensamientos con actitud positiva.
Cultive a diario el espíritu: Las oraciones son un buen camino para llegar a Dios, pero debe complementarlo haciendo buenas obras, también lo puede hacer ofreciéndole a Dios su trabajo, leyendo textos bíblicos, pidiendo ayuda espiritual, y aprendiendo temas que lo ayuden a su crecimiento personal. Recuerde que la sana diversión, las actividades lúdicas, la contemplación de la naturaleza, los viajes, los sueños, un buen libro, también son formas que complementan el alimento del espíritu.
Todas las mañanas a primera hora haga sus propósitos diarios y ponga sus problemas en manos de Dios y pídale que le de sabiduría para resolverlos de la mejor manera posible…. Y no olvide todas las noches evaluar el día y agradecerle los dones y favores recibidos.
Si tiene hijos trabaje con ellos todos los días un valor o una virtud, y llévelo a realizar diferentes actividades (deportes, manualidades, ciencia, obras sociales, tecnología etc) y así lo irá formando y le estará ayudando a que él mismo encuentre su propio camino lo mas temprano posible (donde sus Dones y sus gustos coinciden) y así puedan llegar lejos.
Recuerde que hay un tiempo para todo en la vida:
Un tiempo para preparar la tierra: Es la niñez para inculcar virtudes y valores.
Un tiempo para sembrar el futuro: Es la juventud para definir el camino de vida y adquirir los conocimientos que los terminaran de formar.
Un tiempo para cosechar: La edad adulta para casarse, formar una familia, trabajar, tener hijos y poner lo aprendido al servicio de los demás.
Un tiempo para disfrutar los frutos de la vida: La vejez donde los nietos se convierten en “el postre del matrimonio”. Esta es su oportunidad para trascender y dejar su legado a las nuevas generaciones.
Recuerde que nunca es tarde para volver a empezar. La vida no es un destino, es un camino de mejoramiento continuo para llegar a encontrar a Dios mediante la realización personal donde somos libres de elegir el camino. Recuerde que Dios es amor.
Si aún no ha encontrado el camino correcto, haga un alto en el camino, saque tiempo para estar solo, reflexionar y encontrarse consigo mismo y si es necesario pida ayuda a un asesor espiritual (Puede ser un sacerdote y/o una persona que para usted sea feliz, ejemplar y de confianza).
Si encontró el camino, póngale toda su pasión y vendrán por si solos muchos momentos felices.
No se atormente si no tuvo la oportunidad de estudiar lo que quería, o de casarse con la persona soñada, de tener hijos, o de trabajar en lo que usted consideraba que debía. La vida es siempre igual para todos. Nadie es mas feliz que nadie. Dios nos ha dado a todos la misma capacidad de ser felices, la misma capacidad para servir a los demás, las mismas ganas de vivir como queremos y el mismo derecho a ser como se quiere.
No desperdicie su vida, no se atormente con problemas o cosas que no está en usted resolver y no permita que otras personas lo hagan sentir infeliz, lo obliguen a cambiar su camino.
Tenemos que vivir en armonía con la naturaleza: Dios nos ha dado a todos los recursos naturales para que los cuidemos, los utilicemos racionalmente y se los dejemos a las futuras generaciones.
Para vivir en paz y armonía, no dejes nunca de soñar y no dejes nunca de vivir, pero no te distraigas y nunca te alejes de Dios.
· Mejora tu autoestima
· Vive en el presente
· Se realista y positivo
· Aprende a convivir
· no solo piensa en los demás, saca tiempo para pensar en ti mismo.
· Abre su mente a todo y no se apegue a nada
· No mueras sin haber expresado tu música interior: El miedo es lo único que evitará que toque la música que escucha y que siga el ritmo de ese tambor tan peculiar que llevas en tu interior.
· Piense en las personas con amor
· Acoge el silencio: Cuando estás en Paz y armonía irradias una clase de energía diferente, que cuando está estresado o deprimido.
· Renuncie al pasado y al futuro en tu mente y sumérjase por completo en el Ahora.
· Tus pensamientos son prácticamente la fuente de todo lo que sucede en su vida.
· No hay justificación para el resentimiento
· Trátate como si ya fueras lo que deseas ser
· Piense en Dios como en una presencia. Cada vez que experimentas, miedo, auto rechazo, ansiedad, culpa u odio estás negando su divinidad y estás sucumbiendo a las influencias de ese ego insidioso que lo tiene convenientemente desconectado de Dios.
· Evita todos los pensamientos que te debilitan
Cultiva buenos hábitos, costumbres, principios y valores que son lo que distinguen a la gente ordinaria de la gente extraordinaria.

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